No puedo menos que pensar para mis adentros en como los títulos de crédito y los títulos valores, las máximas aportaciones del Derecho al mundo financiero, han ido evolucionado de manera pragmática a través del tiempo pasando por las Ferias y Lonjas de Ambere, por las hábiles manos de los Medici, en tiempos de la Ilustración a través del genio de Panchaud y Talleyrand hasta llegar a formar hoy, parte importante de la vida cotidiana en el mundo del neoliberalismo de Milton Friedman. Siempre he sido favorable hacia la idea que sugiere a nuestro país participar de manera más activa en los mercados bursátiles, sostengo de manera sólida que toda la población debería tener acceso a títulos que le den rendimientos, después de todo, aún cuando hay gente que califica de “criminal” dicha política pero no escucho a mucha gente censurar a, digamos, la lotería por ejemplo, que una persona de altos ingresos pierda digamos 100,000 pesos en los mercado bursátiles sólo representa 100,000 pesos. Pero si un millón de pobres pierden, cada uno, diez pesos, son 10 millones de pesos dando como resultado innumerables familias en la miseria. Ahora, la Reforma de Pemex nos pone en frente de un título accesible a las masas, un título seductor, el cual nos ayudaría a llevar un control del desarrollo de Pemex a la vez que podríamos monitorear el desarrollo de las inversiones que dicha entidad lleve a cabo, una excelente idea, pero desde mi punto de vista personal no la considero más allá de una solución mediática, a continuación explico por qué.
El concepto básico lo considero apropiado, yo mismo llegué a desarrollar un concepto similar un par de meses atrás, pero al momento de evaluar junto con mis mentores y asesores los posibles obstáculos nos topamos con uno muy grande, el cual cabe destacar es el núcleo de los problemas financieros globales, el temor. Como ya he hecho mención en escritos previos, la imaginación de la gente frente a los mercados se excita, entra en pánico, vuela y agrega ceros, de tal manera que tenemos por un lado un título de cobertura amplia relacionado con los mercados energéticos los cuales son ampliamente identificados por ser vulnerables, y por otro lado la pasión de las masas, éstas se asustan con facilidad y más aún cuando se les ha enseñado a relacionar al petróleo con volatilidad y caos. Inicialmente, como es de esperarse, los bonos serán adquiridos de manera inmediata por la población y serán el eje que de la confianza necesaria para que los objetivos de la Reforma Energética inicien con buen paso, pero me inquieta el impacto a mediano y largo plazo; introducimos el concepto del título en una población neófita en materia financiera, una población susceptible al pánico que sabemos puede detonarse por diversos medios, ¿qué pasará cuando la gente escuche sobre los precios del petróleo en ambos sentidos sin conocer sus consecuencias? Lo primero que me viene a la mente es que se sentirá engañada, al carecer del conocimiento sobre la “maduración” de los bonos la gente se dejará arrastrar ante las primeras señales de fallas en el mercado y la amenaza de externalidades para levantar su voz contra los proyectos de Petróleos Mexicanos, lo cual mandaría señales negativas a los mercados internacionales. Frente a lo anterior por eso considero que la emisión de dichos bonos es una solución mediática, nos permitirá llevar a cabo un desarrollo óptimo inicial dentro de las políticas de gobierno corporativo e impulsar un sector agonizante pero tendría mis reservas con relación al comportamiento de la población a mediano y largo plazo.
Finalmente deseo manifestar que existe un posible beneficio que mucha gente ignora, como es de conocimiento general se busca impulsar la cultura bursátil en nuestro país, para ello en el 2006 entró en vigor la Nueva Ley del Mercado de Valores la cual busca dar seguridad e incentivar la inscripción de empresas nacionales en la Bolsa, también se constituye como piedra angular de una potencial alianza con el Bovespa lo cual traería como consecuencia la creación de una red de valores amplia y generadora de riqueza para la región, por otro lado, nuestro país no ha dado el paso definitivo, no hay mucha afluencia hacia la Bolsa y se considera que empresas nacionales como Pemex y la CFE deberían dar el ejemplo para las demás. Esto no es sencillo y Petróleos Mexicanos tiene la primera prueba con el Bono Ciudadano, el cual aunque carece de derechos corporativos, podría ser el reflejo de lo que podría esperarse a futuro si se emiten títulos de otras características capaces de ser introducidos en el mercado bursátil nacional para lo cual no nos queda más que ver y disfrutar de esta experiencia en la cual nuestro país se embarca.
martes, 22 de julio de 2008
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2 comentarios:
Cedillo:
Si la gente los compra y luego entra en pánico con el primer revés y revende a bajo precio ¿aprovecharías para comprar masivamente?
Yo si
Roberto: En un supuesto general estaría de acuerdo contigo, pero me temo que la naturaleza de los bonos ciudadanos no permiten esa clase de operaciones, de hecho la Secretaría de Hacienda trabaja en un cuerpo normativo que se ocupe de ello para evitar eso e impedir que derive en acaparamiento.
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